¿Por qué nos escandalizamos
cuando oímos las noticias?
Un tornado en Carolina,
un terremoto en la India,
un huracán en Florida,
el chapapote en Galicia...
Hay incendios por doquier,
la mayoría provocados,
y un sinfín de desastres
naturales y buscados.
¿Y por eso nos quejamos?
La Tierra ya estaba aquí
antes de llegar los humanos.
Ella cumplía sus ciclos
sin necesidad de que alguien
se los viniera a alterar.
¿Entonces de qué nos quejamos
si coge una pataleta
y en un momento dado
deshace pueblos enteros?
Hurgamos en sus entrañas
buscando un sinfín de cosas:
oro, petróleo, carbón...
Con esas excavaciones
removiendo entre su vientre
buscando las mismas cosas,
y todo por ambición,
es justo que de cuando en cuando
nos dé un toque de atención,
para alertar nuestro instinto
y encontrarle solución
a esta serie de desmanes
que si Dios no lo remedia
nos lleva a la perdición.
¡Que hay un agujero de ozono!
También hay contaminación,
las centrales nucleares
e industrias que con sus despojos
están convirtiendo el Mundo
en un inmenso estercolero.
Que vivimos ricamente
con todos los adelantos
de la ciencia que convierte
todo lo que arrancamos
del vientre de nuestra Tierra
para deleite y disfrute
de muchos o de unos cuantos.
¿Por qué no procuramos ser
mas sociales con la Tierra,
y en vez de tanto esquilmarla
le damos lo que es de ella?
Verdes bosques, aguas limpias,
aires puros, sin codicia,
amaneceres hermosos
como antes de llegar nosotros,
los mal llamados humanos.
Si no lo emprendemos pronto,
se nos irá de las manos.
Yo renunciaría a todas
estas comodidades
porque llegué a conocer
hace más de medio siglo
lo que era despertar
y asomado a la ventana
contemplar amaneceres
llenos de luz y de sol,
limpios, puros, cristalinos...
Oyendo los hermosos trinos
de los pájaros al volar
me adentraba entre los pinos.
Extasiado por los dulces trinos
respiraba con deleite,
llenandome los pulmones
de ese aire que llevaba
aromas de hierbas y flores.
Me agachaba en un riachuelo
y me saciaba de agua pura...
¿Y perder todas esas cosas
por tener comodidad?
¡No las quiero! Sólo quiero
que todos nos concienciemos
y todos a una intentemos
dar a la Tierra lo suyo,
aunque por desgracia creo
que esto no podrá ser.
Nos hemos convertido en seres
egoístas, ambiciosos y soberbios,
sin sentimientos que nos guíen
a pensar en los demás
y con todas estas taras
no tendremos ocasión
de tener un buen final.
Vlc. 7/3/07
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