No sé si te lo voy a poder decir todo tal como lo siento, pero lo voy a intentar.
¿Quién era yo? Hasta hace muy poco era... como te diría... era como algo roto, fracasado. Un paquete de problemas, con muy pocas alegrías y con ninguna esperanza ni ilusión por vivir. Me encontraba sumido en un sinfín de pensamientos contradictorios que no me llevaban a ninguna parte. Cada vez me encontraba más hundido y con la desesperación de vivir una vida que no me llenaba ni quería; porque por mi manera de ser y pensar, yo no creo que me mereciese lo que las circunstancias o mi incompetencia me habían echado encima. Pero insensiblemente seguía respirando y esperando algo... y ese algo llegó cuando ya desesperaba, cuando ya era insensible a muchas cosas bellas que tiene la vida y con un tremendo trauma que me estaba convirtiendo en un ser huraño y desgraciado....
Y ese algo fuiste tú, cariño mío, tú que con tu juventud, comprensión y alegría me hiciste despertar de un letargo sin fín. Y me has hecho sentir de nuevo las ganas de vivir y luchar por algo que para mí hoy lo es todo.
¡Qué distintas pueden ser las cosas en una misma persona, cuando tiene algo por lo que luchar, a lo que querer y por lo que sufrir!
Eso eres tú. Para mí, cariño mío, eres mi luz, mi guía, eres el centro de mi Universo y pido a Dios con todas mis fuerzas que esto solo termine cuando dejemos de respirar en este mundo, que hoy gracias a tí me parece bello y maravilloso.
Esto y otras cosas más es lo que siento y te agradezco, mi vida.
Tuyo siempre.
Vcia. 23/2/07