30 dic 2007

TRISTE NAVIDAD

Estoy tumbado en mi cama
respiro con dificultad
me acosan mil dolencias
que no me dejan en paz.
No hago otra cosa que dar vueltas
y no logro descansar,
solo consigo ponerme nervioso
y perjudicarme más.
Abajo en la calle oigo
a mucha gente gritar,
celebran con alegría
la próxima Navidad.
¡Con qué envidia les escucho!
¡Con qué pena me resigno!
Al tener que soportar
todos los males que tengo,
sin dejar de recordar
que en tiempos no muy lejanos
a mí también me gustaba
celebrar la Navidad.
¡Qué no daría yo ahora
por poder volver atrás!
aunque solamente fuera
para poder respirar
estos aires refrescantes
que trae la Navidad.
Esa reunión al calor de la lumbre,
esa cena familiar...
Para mí ya terminaron los bellos amaneceres.
Solo vislumbro a lo lejos negras nubes, sucios soles...
Esconderse en las montañas y dejar paso a la noche
que me llena de temores, que se mete en mis entrañas,
lacerando con gran saña
mi pobre cuerpo maltrecho,
haciendo que sienta miedo, dolor, angustia,
y este ahogo que me mata.
Quisiera cerrar los ojos y que la noche pasara.
Quisiera hundirme con ella,
aunque ya no despertara,
que me abrazara con fuerza,
con su inmenso manto negro
con estrellas plateadas,
que me apretara con fuerza,
que apretara, que apretara...
Hasta quitarme los miedos,
hasta que no sienta nada,
hasta perderme en el éter,
vaporizarme en el aire
y de una vez descansara.
24/12/2007