12 oct 2007

LA MUERTE DE MI ALAZÁN

Al viento sus negras crines, ondeaba mi alazán.
Saltaban cobrizas chispas, de su crin al galopar.
Tenía una hermosa estampa, como nunca ví otra igual.
El ténue sol de la tarde reflejaba su silueta en el remanso del río,
cuando sus patas traseras apoyandose en el suelo,
mientras con las delanteras coceaba hacia el Cielo.
¡Qué fuerza, qué poderío!
Ese cuerpo negro, negro, como una noche sin cielo.
Ese cuerpo sudoroso, musculoso, vigoroso...
y a pesar de todo, hermoso.
Parecía un ser salido de la mitología griega, en el cual todos los dioses
hubiesen rivalizado en colmarle de belleza.
Parecía sobrenatural, esa bestia tan hermosa, con todos los atributos
que le dió la madre Naturaleza...
Pero un mal viento sopló un día, y barrió todos mis sueños,
mi ilusión, mi alegría, viendo como mi caballo entre convulsiones moría,
de una mala enfermedad, que terminó con su vida.
Me arrebujé junto a su cuerpo. No creía lo que veía.
¡Un ser tan fuerte y hermoso!
Fue una pena tan grande, un sentimiento tan fuerte,
que abrazandome a su cuello, allí tirado en el suelo,
esperé la fría muerte...
Que no tardó en venir del Cielo.

Valencia, octubre 2007

DESPEDIDA A UN AMIGO

Mi gran amigo Román
vino a pasar unos días
en mi Valencia natal,
y me llena de alegría
saber que su estancia aquí
le es tan grata como a mí.
Toda mi familia y yo
le colmamos de atenciones,
tratando de hacerle grata
su estancia entre españoles.
No te he podido enseñar
lo preciosa que es mi tierra.
Como me hubiera gustado
el poder acompañarlo
en sus salidas callejeras.
Pero si salgo de ésta
puede que te enseñe algo
que te haga sentir por dentro
la hermosura de mi tierra,
que sin desmerecer a la tuya
tiene color, luz, sol...
La dulzura de su clima
el aroma del azahar,
de la flor de los naranjos,
del tomillo, del romero...
Y el picante agridulce
del sodio que emana del mar.
Todas estas pequeñas cosas
te regalan los sentidos,
se te meten en la sangre
y te obligan a quererla.
y a gritar con vehemencia:
"¡yo he nacido en Valencia!"
De corazón deseo, amigo,
que tu estancia haya sido grata
y te regocijes de ella
cuando vuelvas a tu casa.
Me hiciste un gran regalo
viniendo a visitarme.
Te lo agradezco, amiguete.
Espero te acuerdes de nosotros
¡y también del Miguelete!
Amigo Román, un abrazo
¡y hasta siempre!

Postdata:
perdona esta explosión de amor
cuando hablo de Valencia.
Yo se que hay cosas hermosas
por esos mundos de Dios,
pero para mí es mi tierra,
¡y como Valencia no hay dos!

Septiembre 2007.

Para mi buen amigo Román.

BIENVENIDA A UN AMIGO

Una vez hice un crucero, y en el mismo amistad
con un señor argentino, que se llamaba Román.
Era una persona agradable, lleno de humanidad
esa cosa estos días, tan difícil de encontrar.
En el yate compartíamos siempre la misma mesa,
era un persona sana y al momento congeniamos,
hablando de muchas cosas, para darnos a conocer,
y me dí cuenta de pronto, que eramos seres afines
llamados a desaparecer.Me causó grata impresión
cuando compartiendo mesa, entablamos conversación.
Hablaba con sutileza, siempre diciendome "vos",
quedamos en visitarnos, antes de hacer el Camino...
Y si cumples lo que dices, Román, ¡tú eres un amigo!
Aquí te esperamos todos, con la sana intención
de que la estancia te sea grata, y que tengas un buen recuerdo
cuando vuelvas a tu casa.
¡Un abrazo de los ausentes!
Tu buen amigo José.