6 dic 2008

MIEDO

Qué miedo me da estar solo
qué miedo me da al pensar
que este vacío tan grande
que rezuma soledad
el día menos pensado
a mí me pueda llegar.
¡Entre tanta y tanta gente
y que te sientas tan solo!
siempre mirando al vacío
y sin ver a nadie más,
que te sientas olvidado
del resto de la humanidad.
Piensas ¿qué hago yo aquí?
¿tan pobre y mísero he sido
que nadie se acuerda de mí?
Te sientes tan defraudado
que se apodera de tí
una rabia incontrolada
al sentirte relegado
por seres que tú has amado,
se apodera de tí el miedo
de sentir que estás tan solo,
sin un alma bondadosa
que tienda su mano amistosa,
que te diga con cariño:
¡no tengas miedo mi amigo
no volverás a estar solo,
vente conmigo a vivir!
19/11/2008

EL TIEMPO

¿Quién eres tú, te conozco?
A mí me suena que sí.
Tú eres aquel algo
que todos repudiamos,
al cual con miedo nombramos
cuando se habla de tí.
Tú no tienes la culpa
de tener que ser así,
esta es tu sabia misión
y aunque a los demás nos duela
tú no puedes hacer nada.
Por eso nadie desea
que rondes cerca de él
sin siquiera conocerte,
tengo miedo que te acerques
y dejes en mi frágil cuerpo
las sombras de la vejez.
Cuando fuí joven pensaba:
¡qué miedo tiene todo el mundo!
y me mofaba de tí
y del miedo que te tenían.
Si te nombraban reía,
no te tenía temor
ni al paso de los años,
una cosa natural
cuando se ceban con otros
y tú aún ves muy lejos
el que te pueda pasar...
Pero, ¡maldita ignorancia!
y que tonta petulancia,
cuando viniste a por mí
se terminaron las burlas
empezaron los miedos
se me arrugaron las carnes
y este temor que me agobia
tiene que hacerme sufrir
hasta el último día
que me quede por vivir.
19/11/2008

NIEVE

No me gusta la nieve
soy de tierras templadas
por lo tanto ¡no! a la nieve,
allí no he perdido nada.
No es que no me guste
siempre que pueda mirarla
desde detrás de una ventana
con un buen fuego encendido
y la habitación caldeada.
La nieve forma figuras
y enormes planicies blancas,
unos paisajes preciosos,
pero eso a mi no me basta.
Esos fríos asesinos
que se clavan en el alma
y te congelan los huesos...
La nieve quisiera verla
desde una buena casa
con grandes ventanales,
con un buen fuego encendido
y que no faltara nada,
con una buena escopeta
y dos buenos perros de caza.
Quizá con todo lo dicho
me atrevería a pisarla,
mientras tanto no deseo
ni siquiera contemplarla.
Como todo esto es un sueño
para mí casi inalcanzable
seguiré en mi hermosa tierra
sin nieve pero templada,
y me olvidaré de la nieve
que allí no he perdido nada.
23/11/2008