15 oct 2007

LAMENTOS Y PENSAMIENTOS

No es más valiente ni más hombre el que más grita, sino todo lo contrario. Es más hombre el que calla, otorga y tiene la mente clara. El que habla con sutileza, enfrentandose a la Bestia, dominando sus instintos, y metiendola en su jaula. Quien con dulces palabras, le hace sentir verguenza.


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Para mí pensar no es fácil. Menos aún improvisar.

Admiro, mas que admiro envidio, a esas grandes mentes que lo hacen con facilidad. Quisiera ser una de ellas y poder saborear la dicha que ellas tienen, y yo no logro alcanzar.

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¿Qué pasaría si un día este mundo reventara?. Mas de uno se alegraría, aunque no ganara nada, pues hay gente tan cerril que cambiaría uno por mil y así alimentar su ego, aun a costa de sufrir.

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Cuando el agua de los mares
pierda su sabor a sal
yo dejaré de quererte
con este instinto animal
que me produces al verte
y no poderte alcanzar.
Tú sabes, pequeña mía
que esto no sucederá jamás
por tanto sentiré siempre por tí
este querer demencial.

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Cuando el nítido azul del cielo
no refleje las estrellas
será que viste de luto
en honor al alma buena
que murió suplicando cariño
a tu corazón de hiena,
cariño que le negaste
al ser que más te quería
y después se lo entregaste
al hombre que te perdería.

sep./07








NO ERA MI MUNDO

No es la vida que llevé, ni el mundo que yo soñé, cuando en mis primeros albores empezaba a devorar con la vista y los sentidos todo lo que para mí era una novedad. Todo me parecía hermoso, lleno de amor y de paz. ¡Qué feliz me sentía!
Debido a mi corta edad, viví sin preocupaciones, alegremente y lleno de felicidad. Todo llenaba mi vida de amor, nada veía mal. Todo ello fueron sueños de grandeza que soñaba tontamente, debido a mi corta edad.
Qué distinto que fué todo, bruscamente, al despertar. Me encontré un mundo hostil, que lastimó mi inocencia, arrastrando por los suelos todas mis dulces creencias. Me encontré como perdido en la vorágine del tiempo. Perdí mis sueños, mi Norte, y no los volví a encontrar.
Empecé a sentirme solo, abandonado, perdido... Sentí miedo a lo desconocido. Aprendí a maldecir. Abandoné mi pudor, acumulé mal instinto, aprendí a mentir mejor...
¡No era el mundo que soñé!
Ni el que yo deseaba. Era un mundo ruin y cruel, el que ahora yo observaba. Era el mundo real, en el que yo me encontraba, perdida mi candidez.
¡Dios! como deseaba volver a mi corta edad, y olvidarme de donde estaba, en este mundo bestial, que con fuerza detestaba. Fué tan brutal la decepción que en mí despertó este cambio, que sentí en mi corazón el frío acero de la punta de una espada.
Así terminaron los sueños de este que deseaba vivir en un mundo hermoso, y que el transcurrir de los tiempos, los sueños le arrebatara.
sep./07

EL MENDIGO

En una gran ciudad
en una calle cualquiera
un andrajoso mendigo
con sus sarmentosas manos
aporreaba un violín.
Con tanta saña lo hacía
que las notas que lanzaba
eran tristes, desgarradas.
Laceraban los sentidos
mas que notas eran chirridos
como angustiosa protesta
por tener que haber nacido
en un mundo desalmado
en el que no quería vivir.
Sin familia, sin amigos
sin nada para su sustento,
su salud deteriorada
sin nadie que le ayudara
el pobre viejo pensaba:
¿yo siempre he vivido así?
Apenas si recordaba
si vivió tiempos mejores
por mucho que se esforzaba
nunca lo llegó a saber...
Una cruda noche de invierno
abrazado a su violín
se cobijó entre cartones
con lágrimas en los ojos,
se quedó mirando al cielo
suplicándole al Altísimo
que lo llevara con Él...
A la mañana siguiente
empezó a pasar la gente
con prisas, indiferente,
le miraban de soslayo,
comentando sin amago
de sentimiento:
¡Pobre viejo, ya ha dejado de sufrir!
Un niño pasó con su madre
acarició su mejilla
"¡Mamá, está muy frío!"
Quitandose su bufanda
se esforzaba por taparle.
"Vamos, hijo, él ya no siente nada"

¿No es un hecho deplorable
que tenga que ser un niño
quien tenga que demostrar
con su cándida inocencia
un poco de humanidad
sin morirnos de vergüenza?

oct./07