En un brioso corcel
te ví galopando un día
¡qué grande fué mi alegría!
cuando pude contemplar
tu hermosa melena al viento
mecida por el aire de la tundra.
Cada salto de la bestia
tu largo pelo aireaba;
no lo pude remediar,
sentí como un ciervo en celo
las punzadas de el anhelo
por no poderte alcanzar.
Fué tan enorme el deseo
que cada noche te veo
por la tundra cabalgar.
Veo tu silueta viviente
caballo y walquiria volando
recortandose al trasluz
del temprano sol naciente.
¡Qué cosa tan llamativa!
¡Qué conjunto tan precioso!
Ver dos cuerpos tan hermosos
unidos con tanta armonía
que dudo si son de verdad.
Un sinfín de pensamientos
torturan mi febril mente
y no consigo reposo
desde el día que te ví.
No quisiera despertarme
teniendo que abrir los ojos
y se diluya la imagen
que atormenta mi sentir.
Deseo tenerte siempre
aunque solo sea en sueños
y contemplar tu hermosura
aunque tenga que sufrir.
Este deseo me agobia,
me trastorna la cabeza
de tan intensa manera
que no puedo resistir.
Es tan grande la obsesión
de que algún día seas mía
que esta bestia que en mi adentro
me está destrozando el pecho,
que me araña las entrañas
y no me deja vivir...
Poco a poco me consume
arrebatandome mi vida
y si Dios no lo remedia
tengo que morir por tí.
Vlcia. 2/3/07
1 comentario:
Entre al blog buscando las rimas cortas, pero luego decidí pasear un poco por las diferentes entradas y me encontré con ésta, que para mi gusto esta sensacional.
Felicitaciones es un bonito blog.
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