1 nov 2007

PREOCUPACIÓN

Cada día mis dolencias
me convierten más uraño.
Quizá por ese motivo
estoy causando gran daño
a mis seres queridos.
Intento disimularlo,
trato de ser más humano,
pasar desapercibido.
Y no consigo lograrlo.
Esto me preocupa, y mucho,
no dominar mi razón,
no coordinar mis ideas,
explotar sin ton ni son
por los motivos más tontos.
Armo una sin razón,
y aunque trate de evitarlo
por no sentirme culpable,
es una lucha constante
que no tiene solución.
Y no encuentro la manera
de salir del pozo ciego
en el cual me estoy hundiendo
sin remedio y con razón.
No me extrañaría nada
que con tanta preocupación
el día menos pensado
reviente mi corazón,
encuentre la paz deseada
y sea mi liberación.
Septiembre del 2007

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