Por la puerta del este
entró aquél moro,
robandome la honra
y mi decoro.
Por la puerta del este
entró el cristiano,
para vengar mi verguenza
espada en mano.
Por la puerta del oeste
les ví salir.
Tengo el corazón en vilo
esperando indecisa
quién va a venir.
Siento atracción por quién me mancilló,
también la tengo por el que me vengó...
Por la puerta del oeste
entró el cristiano,
con la espada sangrante
prieta en la mano.
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